Triste paradoja la de Bolivia: tener como
presidente "democrático" al militar que en 1971 protagonizara un
sangriento golpe de estado estableciendo una infame dictadura plagada de
asesinatos políticos y desapariciones. Hugo Banzer, "El General", se
vería obligado entonces, como tantos otros tiranuelos antecesores, a abandonar
el poder forzado por la acción de un pueblo que, años después, le devuelve a la
presidencia a través de las urnas. Amigo íntimo y protector de Klaus Barbie,
aquel abominable nazi conocido como "El carnicero de Lyon", Banzer es
también un notorio narcotraficante, lo que no le impide declarar la guerra a
los pequeños productores cocaleros del Chapare, esa incontrolada competencia
que se ha empeñado en erradicar observando puntualmente las órdenes del
verdadero poder-Estados Unidos, of course - tras bambalinas.
Así las cosas y tras decenios de
presidentes de similar catadura, a quién puede sorprender que un país que dobla
en territorio al estado español contando con apenas ocho millones de
habitantes, pueda figurar entre las tres naciones más pobres del continente a
pesar de sus enormes riquezas naturales. El siglo XXI llegará a Bolivia como se
va el XX: con más de medio millón de niños ejerciendo todo tipo de trabajos
limpiabotas, vendedores, transportistas... copiosa masa laboral cuyo pequeño
sueldo se ha convertido ya en algo fundamental para la menguada economía
familiar de subsistencia: con una deuda externa que toca a 65 dólares por
cabeza y con una ayuda internacional que se reparten sin asomo de pudor los
responsables y autoridades varias ante los ojos resignados del pueblo (la
organización Transparencia Internacional catalogaba a Bolivia como
"subcampeona del mundo" en corrupción en 1997, sólo superada por
Nigeria).
Aunque actualmente no se capte gran
resistencia a este estado de cosas (con la clara excepción de los campesinos
del Chapare) este país cuenta con una rica tradición de lucha social como así
atestiguan las incontables revueltas acaecidas. Y aquí, como en la mayor parte del
continente, los anarquistas jugaron un papel determinante.
Un poco de historia Las primeras referencias propiamente libertarias
las ofrece la Unión Obrera Primero de Mayo allá por el año 1906 en la localidad
de Tupiza. La Unión editaba entonces el periódico La Aurora Social. Poco más
tarde se publicarían Verbo Rojo, El Proletariado y La Federación en Potosí,
Cochabamba y Santa Cruz respectivamente. En los años veinte el activismo obrero se multiplica siendo constante la
participación de los libertarios en las luchas mineras y populares que a pesar
de sufrir una feroz represión conseguirían alcanzar notables éxitos.
Funcionaban por entonces en La Paz el Centro Cultural Obrero, eI Centro Obrero Libertario, el Grupo Libertario
"Rendición" y el grupo La Antorcha dotándose éste último de La Tea
como órgano de expresión.
En esa misma época se reorganiza la F.O.L.
(Federación Obrera Local) que tendría una. influencia decisiva en las luchas
obreras del movimiento. La FOL
editaba la publicación La Humanidad y estaba afiliada a la ACAT (Asociación
Continental Americana de Trabajadores) que coordinaba a los anarcosindicalistas
de diferentes países del continente y que hoy trata de ser recuperada. Otros
grupos relevantes serían Sembrando Ideas y Brazo y Cerebro en La Paz y el
Centro Obrero Internacional en
la localidad de Oruro. Más al sur, en Sucre, se pondría en marcha la Escuela
Ferrer i Guardia publicándose poco después el periódico Tierra Y Libertad. En
1927 se crea el Sindicato Femenino de Oficios Varios que acabaría siendo uno de
los grupos mas activos de la FOL. "Eran multitudes pues, ellas iban por
delante y nosotros por detrás" afirmaría años más tarde el compañero
Lisandro Rodas sobre aquellas aguerridas libertarias que conseguirían gracias a
la lucha el logro de importantes avances en la situación laboral de las
"endedoras capitalinas" y de las mujeres en general. Nombres como
Catalina Mendoza, Petronila Infantes y Susana Rada entre otras, eran aún
recordadas hasta no hace mucho en los mercados de La Paz. Otro campo de lucha
al que los anarquistas de la época dedicarían no pocos esfuerzos fue el del
campesinado compuesto por entonces, como ahora, por una clara mayoría indígena.
A inicios de la década de los treinta aparece la FAD (Federación Agraria
Departamental) que con una importante influencia libertaria se desarrollaría
rápidamente en el campo boliviano
causando la alarma de los terratenientes que reaccionarían apoyados por el
gobierno desatando una feroz represión víctima de la cual la federación
desaparecería. La llamada "Guerra del Chaco" que enfrentaría a
Bolivia con el vecino Paraguay debilitaría seriamente al movimiento y a pesar de la aparición de
nuevos grupos como ideario en Tupiza y la edición de publicaciones tales como
FOL y La Voz del Canipo no se podría evitar que numerosos sindicatos se vieran
obligados a integrarse, para subsistir, en la oficialista COB (Confederación
Obrera Boliviana) su muerte.
Tiempos Modernos Entre los cincuenta y los
ochenta un puñado de abnegados militantes continuarían actuando en el seno de
la COB imprimiendo un carácter libertario a las luchas en que participaban y
sufriendo la terrible represión de las distintas dictaduras que, golpe a golpe,
se van sucediendo en el poder. En 1988 se publica en Cochabamba la revista El
Gijio, desde cuyas páginas se analizan temas como la Revolución española y el movimiento anarquista boliviano. Por esos mismos años se lleva
a cabo una importante labor de recuperación histórica del movimiento editándose varios trabajos,
tarea realizada principalmente por Silvia Rivera y Zulema Lehm. Más adelante, a
principios de los noventa, eI GTS (Grupo de Trabajo Sindical) llevará a cabo
tareas sindicales dándoles una orientación libertaria aunque, según nos
comentan, se encuentra inactivo en la actualidad. En la ciudad de Cochabamba
surge por esas fechas la Asociación Subterránea Julián Apaza llevando adelante
numerosas actividades, contando con anarquistas entre sus miembros. Algunos de
sus integrantes serían cooptados por los trostkistas locales tiempo después,
sufriendo la línea ideológica del colectivo dicho cambio siendo hoy la
asociación tildada de sectaria por muchos. En 1995 nace el colectivo Utopía que
editará, también en Cochabamba, la revista Después del Muro. Ya en nuestros
días y siempre en esa ciudad, se publican Alternativa, Resistencia y Juventud y
Revolución órgano éste último de los jóvenes de Ia ASP (Asamblea por la
Soberanía de los pueblos), organización creada por los campesinos cocaleros de
la región del Chapare para la defensa de sus derechos. Estos jóvenes, entre los
que se encuentran libertarios, realizan numerosos actos en contra de la
continua represión estatal. En una reciente reunión decidieron independizarse
de la ASP creando un nuevo colectivo autónomo basado en el denominado
socialismo comunitario que ofrece no pocos paralelismos con el anarquismo. Otro
colectivo cochabambino de reciente formación es La Vecindad Punk-Core, grupo
que promueve la coordinación entre bandas musicales con inquietudes políticas,
la realización de conciertos y fanzines y la difusión de las ideas
contestatarias. Cuentan también con un programa de radio en una emisora local.
Entre las bandas musicales más comprometidas destacan Radio Urbano y la ya
desaparecida Llajtay Kjaparin ("el grito del pueblo" en lengua
quechua) que mixturaba música popular boliviana con ritmos punks.
En La Paz Mujeres Creando es,
aparentemente, el único grupo en activo. Su trabajo se basa principalmente en
la reivindicación feminista y homosexual a la que tratan de dar un enfoque
libertario. Editan el periódico Mujer Pública y cuentan con un café propio que
lleva por nombre Carcajada, desde el que realizan numerosas actividades. Su
empeño y dedicación las hace ser bien conocidas gozando en ocasiones de la
atención de la prensa y televisión locales. En la capital boliviana cabe
mencionar también a la banda musical 3-18. En la vecina localidad de El Alto se
publica el fanzine Contraataque mientras que al sur, en Tarija, funciona el
colectivo No Represor editándose dos publicaciones: Insumisión y Oveja Negra.
Nos consta que la ciudad de Sucre es también sede de otro colectivo del que en
estos momentos desconocemos el nombre.
A esta modesta representación libertaria
cabría añadir la de veteranos luchadores que residen en el país siguiendo hoy
fieles a sus ideas: en el Beni, en plena cuenca amazónica, tuvimos ocasión de
visitar al compañero Antonio García Barón quien habita en este rincón de la
selva desde hace cuarenta anos. Antonio se uniría con apenas catorce años a la
Columna Durruti y tras la derrota combatiría en Francia a los nazis siendo
detenido y recluido en el campo de exterminio de Mauthaussen donde pasaría
cinco años. Cochabamba es la ciudad elegida por otro gran luchador: Liber
Forti. Toda una figura en el movimiento
obrero boliviano en el que participaría primero
a través de la FOL y luego en el seno de la COB. Fue integrante del colectivo
Ideario y miembro fundador de uno de los más prestigiosos grupos de teatro del
país Nuevos Horizontes aún hoy, tras cincuenta años, en activo. Ambos
compañeros gozan de excelente salud y entusiasmo.
A esta Bolindia de clara mayoría indígena
le queda un largo camino que recorrer para sacudirse una explotación que algunos
ya creen sempiterna. Las ideas libertarias tuvieron, siempre que fue posible,
eco entre una comunidad, como es la india, en la que se viene practicando un
socialismo primitivo desde hace siglos. Aún así, a los libertarios locales les
queda no poco trabajo que realizar para lograr que el anarquismo recupere el
papel que tuvo antaño por estas tierras.
FUENTE: FREEDOM PRESS, SECCION CASTELLANA, 1999.
Nota: Las informaciones que el autor da respecto a la coyuntura
contemporánea del anarquismo en Bolivia, son en sumo inexactas y superficiales,
tendiendo a llamar libertario a cualquier movimiento de quiebre. En breve actualizaremos
esta excelente reseña.
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